Ya estoy por aquí chiquitines, la espera por fin llegó a su fin y aquí me tenéis de nuevo. Cada viernes me tendréis por aquí con un poquito más de mí, con un pedacito de mi corazón. Nos leemos.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Huida.

Muchos dicen que huir es de cobardes, de no saber interpretar el papel de valientes que nos tiene preparado la vida y de no saber afrontar los problemas adversos. Pero yo pienso todo lo contrario.
Huir significa que te has cansado ya de tantos problemas que sin querer te han ido superando, que el papel de valiente es demasiado complicado y prefieres el de cobarde por un rato, que ya no puedes más pero porque te has cansado de ser fuerte. Llegas a un punto en el que todo te puede.
Y bueno, yo ahora mismo estoy así, quizá a partir de ahora mi vida es una huida constante. Aunque pensándolo bien desde hace tiempo, un par de años como mucho, mi vida ha sido un constante torrencial de problemas, problemas y más problemas. Algunos, los he superado mientras que otros, siguen ahí en el mismo lugar de siempre. Todo esto ha hecho que mi vida sea una huida. Una huida a todos esos problemas. Cada día surgen nuevos problemas y cada día huyo más y más...yéndome por un mal camino, cayendo en un pozo sin fin.
Intento superarlo todo pero esto puede conmigo, me supera... Quizá haya o esté llegando a ese punto límite que todos tenemos. Pero no en ese de emprender la huida, a él llegué hace bastante tiempo; sino a ese punto límite donde se encuentra la fina línea que separa la vida y la muerte. Estoy solo a un paso de ello. A punto de cruzar esa fina línea, de la vida a la muerte porque ya me cansé de huir, de intentar ser fuerte, de querer ser valiente de nuevo... pero ahora no estoy hecha para ese papel. 
Ya todo me queda grande y pienso que solo me queda la huida, mi huida, que es muchísimo peor que todos los problemas pero al menos, me alivia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario